Jávea, Alicante
España
Minimalismo en estado puro. Un volumen blanco posado sobre la ladera, con un trabajo de precisión para que todo encaje en su sitio.
El reto estaba en mantener la pureza del blanco, resaltándolo con una iluminación que marcara sombras duras en el punto justo. Y claro, transmitir esa sensación de ingravidez sin que pareciera que la casa estaba a punto de despegar. Porque hacer que algo se vea simple… es todo menos simple.